Reforma al Poder Judicial se aprueba con 359 votos a favor
Así lo informó Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso de la Unión y coordinador de los diputados de Morena.
This browser does not support the video element.
MAGDALENA MIXHUCA, Ciudad de México.- Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso de la Unión informó a las 4:15 horas de este miércoles que se aprobó en lo general la reforma judicial en la Cámara de Diputados, con 359 votos a favor, lo que ha desatado una fuerte polémica en distintos sectores de la sociedad mexicana, especialmente entre jueces, magistrados, barras de abogados, facultades de derecho, y un amplio espectro de la población que percibe esta reforma como una amenaza a las garantías individuales y la independencia del Poder Judicial.
Los opositores a la reforma han señalado que muchos de los cambios propuestos podrían poner en riesgo la autonomía de jueces y magistrados, socavando así uno de los pilares fundamentales del Estado de Derecho. Argumentan que ciertas disposiciones permitirían al Ejecutivo tener una mayor injerencia en la selección y remoción de jueces, lo cual podría derivar en una justicia parcial, politizada y sometida a intereses ajenos a la verdadera impartición de justicia.
Las barras de abogados y las escuelas de derecho han mostrado su preocupación por la falta de claridad en los mecanismos de evaluación y sanción de jueces, que en la práctica podrían ser utilizados para presionar a aquellos juzgadores que fallen en contra de los intereses del gobierno o de grupos con poder. Este tipo de mecanismos, según los críticos, abriría la puerta a una persecución selectiva bajo el pretexto de la mejora de la eficiencia judicial.
Un sector importante de la sociedad civil también ha manifestado su inquietud ante lo que considera un debilitamiento de las garantías individuales, particularmente en materia de debido proceso y defensa adecuada. Temen que la reforma pueda facilitar el abuso de la prisión preventiva oficiosa y limitar los recursos legales disponibles para defenderse de acciones del Estado, lo que afectaría desproporcionadamente a los grupos más vulnerables.
Por su parte, algunos académicos han subrayado que la aprobación apresurada de esta reforma, sin un debate exhaustivo y sin consultas públicas amplias e inclusivas, es un retroceso democrático que pone en entredicho la representatividad de la Cámara de Diputados. Argumentan que una reforma de esta magnitud, con impactos directos sobre el derecho de los ciudadanos a una justicia imparcial, debería haber sido objeto de un proceso más transparente y participativo.
En este contexto, aunque la mayoría calificada obtenida en la votación es vista como un triunfo legislativo por el partido en el poder, la reforma judicial sigue enfrentándose a un fuerte rechazo social y judicial. El proceso ahora se trasladará al Senado, donde es probable que la oposición insista en la revisión profunda de los aspectos más controversiales. La discusión en lo particular y las reservas presentadas en ambas cámaras serán determinantes para el futuro del sistema de justicia mexicano y, en última instancia, para la defensa de los derechos y libertades de los ciudadanos.