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México

No es broma; FGR acusa a Joaquín Guzmán López de traición a la patria

La traición a la patria es un delito grave, pensado para sancionar actos que comprometan la seguridad y soberanía de la nación.

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Por: Ramón Sánchez

CIUDAD DE MÉXICO, México.- En un sorprendente giro de los acontecimientos, la Fiscalía General de la República (FGR) ha acusado a Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín 'El Chapo' Guzmán, de traición a la patria, un cargo que, según el artículo 123 del Código Penal Federal, se aplica a actos que atenten contra la soberanía e integridad de la nación. ¿Pero realmente podemos hablar de traición a la patria cuando la supuesta ofensa es entregar a otro narcotraficante a las autoridades estadounidenses?

Esta acusación se relaciona con el secuestro de Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los líderes del Cártel de Sinaloa. Según la FGR, Guzmán López habría entregado a Zambada a las autoridades de Estados Unidos, un acto que, según el gobierno mexicano, constituye una traición a la patria. Sin embargo, esta imputación parece más una maniobra política que un acto de justicia.


Es paradójico que un gobierno que ha permitido durante décadas el crecimiento y la expansión del narcotráfico ahora acuse a un narcotraficante de traición por facilitar la captura de otro. Esta acusación parece ignorar las complejidades de un problema que ha costado miles de vidas y ha dejado a la sociedad mexicana en un estado de vulnerabilidad y miedo constante.

La traición a la patria es un delito grave, pensado para sancionar actos que comprometan la seguridad y soberanía de la nación. Pero en este caso, se está utilizando para desviar la atención de la incapacidad del gobierno para abordar las raíces del narcotráfico. ¿No sería más lógico que las autoridades mexicanas se centraran en combatir la corrupción dentro de sus propias filas y en fortalecer las instituciones de justicia?

 

Héctor Melesio Cuén Ojeda

 

Además, la FGR ha señalado irregularidades en la investigación del asesinato de Héctor Cuen, un caso marcado por discrepancias en la evidencia y la posible manipulación de pruebas. Esto no solo subraya la falta de transparencia y la corrupción persistente en las investigaciones, sino que también plantea dudas sobre la veracidad de las acusaciones actuales.

El gobierno, en lugar de concentrarse en resolver los problemas estructurales que permiten el florecimiento del narcotráfico, parece estar más interesado en proyectar una imagen de firmeza que no se corresponde con la realidad. La acusación de traición a la patria contra un narcotraficante por entregar a otro narcotraficante a las autoridades de Estados Unidos es, en el mejor de los casos, una distracción y, en el peor, un intento de encubrir las fallas profundas de un sistema que ha fracasado en proteger a su pueblo.

La verdadera traición a la patria es la negligencia en enfrentar estos problemas con la seriedad y el compromiso que merecen. Mientras tanto, la población sigue siendo rehén de un conflicto en el que, irónicamente, los culpables son presentados como traidores, mientras los verdaderos responsables permanecen impunes.

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